viernes, 20 de febrero de 2009

Memoria de gratitudes (10)



20 de febrero

Una nota cultural del periódico La jornada de hoy anuncia, con fanfarrias que parecen fanfarronas, que “Rescatan primera novela histórica y de ficción publicada en México en 1848”. Se trata de La hija del judío del escritor yucateco Justo Sierra O’Reilly, padre de Justo Sierra Méndez, Secretario de Instrucción Pública en el gobierno de Porfirio Díaz. La nota explica que la novela fue escrita hace 160 años y publicada originalmente en el periódico El Fénix de Campeche entre 1848 y 1849, lo cual es cierto. Se informa que el investigador Manuel Sol la rescató (¿de donde?; ¿de los ejemplares del folletín de Sierra?)

El hecho es –continúa la nota– que la novela "rescatada" se presentará mañana sábado en la XXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. La edita la Universidad Veracruzana, una obra maestra del género del suspenso en lengua española, “a la altura de las obras de Walter Scott, Alejandro Dumas o Eugenio Sue”, concluye la nota.

La nota da a entender que la publicación de La hija del judío (en dos tomos) es un "rescate" de su publicación original en El Fénix de Campeche, como si no hubieran existido ediciones posteriores. Lo que hay que decir es que la novela de folletín no fue tomada en serio por la crítica mexicana, y que las ediciones de la novela fueron tanto o más marginales que el género mismo.

La Hija del judío de Justo Sierra O’Reilly, sin embargo, ha tenido, desde que se publicó en el Folletín, siete ediciones, las dos últimas en la Colección de Escritores Mexicanos de Porrúa: en 1959 y en 1982 (la que tengo). Me la regaló hace muchos años mi muy querido amigo Lorenzo Achirica, psicólogo pero sensato, y se trata, en efecto, de una obra maestra del romanticismo del género de folletín. El excelente prólogo es de Antonio Castro Leal, quien con toda razón escribe que fue una obra menospreciada por los críticos y literatos mexicanos durante ciento cincuenta años. La hija del judío, por otro lado, mereció críticas amplias y plausibles de críticos norteamericanos.



La novia judía. Rembrandt

Las influencias de La hija del judío son evidentes: Alejando Dumas, Eugène Sue y Walter Scott. Justo Sierra los leyó; muy probablemente durante su estancia de siete meses del año 1847 en Estados Unidos, a donde fue con la misión diplomática especial de tramitar la desocupación de Isla del Carmen (eran días de la Interveción Norteamericana) y solicitar apoyo de soldados, armas y dinero para sofocar la sublevación de los indios, y más tarde proponer a Estados Unidos –y por otros conductos a Inglaterra y a España– la cesión del dominio y soberanía de Yucatán a la nación extranjera que salvara a la provincia de la Guerra de castas. Las misiones de Justo Sierra O’Reilly fracasaron, pero obtuvimos en cambio dos triunfos mayores: el diplomático regresó, escribió su novela y la publicó en su Folletín, y Yucatán, aunque República Hermana, no se separó de México, pues de otro modo se nos hubiera arrancado un pedazo del corazón.


Antonio Castro Leal nos recuerda en el Prólogo que la novela de folletín nace en París en 1836, cuando La Presse reduce el precio de suscripción de ochenta a cuarenta francos, esperando compensar las insuficiencias económicas de los anuncios. ¿Cómo interesar a los anunciantes sino buscando un mayor número de lectores? La novela de folletín fue la solución. En Le Siècle, por ejemplo, se publicó El lazarillo de Tormes.

El folletín adquiere calidad literaria: se inventa el género del suspense, antecedente indiscutible del cine, de las series televisivas por capítulos, de las telenovelas, de los cuentos de monitos o comics y, en la actualidad, del auge de la novela de folletín en los blogs de la red. Renuentes al principio, la novela de folletín acabó siendo aceptada por Chateaubriand, Balzac, Lamartine y Musset; pero los dos folletinistas geniales son Alejando Dumas que publica por entregas El conde de Montecristo, y Eugène Sue, que publica su Matilde, Los misterios de París y El judío errante en dos de los folletines más importantes de París.

La hija del judío es, lo creo, una obra maestra del género del suspenso; es, desde luego, una novela histórica (afortunadamente es más artística que histórica); pero es, antes que su categorización literaria, una de las novelas más entretenidas que se han escrito en lengua española, una muestra de los intríngulis de la vida colonial de mediados del siglo XVII.

Por lo pronto, la he rescatado del estante y ya posa seductora sobre la mesa. El rescate de La hija del judío se volvió un recuerdo de gratitud a Lorenzo Achirica, psicólogo clínico pero hombre de bien.





4 comentarios:

  1. La nota de La Jornada, que es una réplica de una nota realizada por Notimex, que a su vez es el refrito del boletín de prensa emitido por mi empresa, Púlsar Comunicación, omite que el estudio del doctor Manuel Sol, es la edición crítica más completa y apegada al códex original publicado como folletín en El Diario de Campeche, pero no la única. La nota omite el respetuoso y amplio estudio que el doctor Sol realizó de todas las anteriores ediciones de esta novela, las cuales, de acuerdo con el especialista, prácticamente reproducen la primera edición del libro que se publicó, y que presenta erratas, no respeta el orden estructural original, entre otras omisiones. El doctor Sol realiza un estudio exhaustivo de todas las ediciones anteriores, reconoce el aporte de cada una de ellas, y de los investigadore que las presentan, entre ellos el doctor Castro Leal.
    Desgraciadamente la tendencia en nuestro país es hacer un escándalo sin matizar ni informarse. El primer capítulo de la edición de la UV detalla una por una cada una de estas ediciones, incluida la de Porrúa y Conaculta, y jamás el especialista se proclama como el rescatista único de esta obra.
    Desgraciadamente Notimex omitió estos detalles que se explican en el boletín de prensa original, qie incluye media cuartilla de la historia de todas las ediciones del libro en cuestión, y de ahí el malentendido.
    Con mucho gusto envío el boletín original donde consta todo esto que afirmo. Como responsable de la campaña de prensa de este libro, considero una obligación hacer esta aclaración. Mi correo es pulsarcom@prodigy.net.mx, mi nombre, Claudia Posadas.

    En nombre de la razón y del sentido común, pido que se omitan estos juicios a priori hechos a raíz de un refrito mal hecho de una nota emitida por mi agencia.

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  2. Continuando mi anterior comentario, en favor y como prieba de mi afirmación, envío un link, de una entrevista publicada por Excélsior, y pormovida por mi agencia, donde se habla sobre las anteriores ediciones de esta novela, y lo saportes de la nueva edición crítica del doctor Sol, respecto de sus antecesoras:

    http://www.exonline.com.mx/diario/noticia/comunidad/expresiones/hacen_version_critica_de_la_hija_del_judio/515121

    Claudia Posadas

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  3. Rerpoduzco, para mayor aclaración, la entrevista que Virginia Bautista, de Excélsior, realizó al docotr Sol, y en la que se habla de las ediciones anteriroes y de sus omisiones. Espero que se reconozca que el juicio denistativo al trabajo del dr. Sol que se hace en esta página, y en los comentarios aparecidos en la nota de La Jornada de marras, son apriori.

    21-Febrero-2009
    Hacen versión crítica de La hija del judío
    Virginia Bautista
    La primera edición crítica de La hija del judío, del escritor y ensayista yucateco Justo Sierra O´Reilly (1814-1861), considerada “una de las obras maestras del suspenso escrita en lengua española en el siglo XIX”, acaba de ser publicada por la Universidad Veracruzana, tras cuatro años de trabajo del investigador Manuel Sol.

    Calificada como la primera novela histórica mexicana, y la primera novela en la historia de la ficción del país, la presente edición de La hija del judío está hecha a partir del codex optimus; es decir, basada en la primera versión publicada como folletín de entregas en el periódico El Fénix de Campeche, del 1 de noviembre de 1848 al 5 de abril de 1849.

    “La finalidad de la crítica textual consiste en fijar un texto lo más próximo posible a la última voluntad artística del autor; pues al paso del tiempo los escritos sufren algunas correcciones o modificaciones por parte de sus editores, las que no se encuentran en el original”, afirma Sol.

    En entrevista vía telefónica desde Xalapa, el experto en novela y poesía del siglo XIX explica que, como libro, La hija del judío apareció por primera vez en Mérida, en 1874, un cuarto de siglo después de la última entrega del folletín. “A nivel nacional fue hasta 1908, cuando, a instancias del hijo del autor, don Justo Sierra Méndez, se editó en dos volúmenes en la Biblioteca de Autores Mexicanos, de Victoriano Agüeros”.

    Con el paso del tiempo se han realizado numerosas ediciones de la novela del padre del fundador de la Universidad Nacional, la más reciente fue la de Planeta en 2004. “Ha sufrido contaminaciones, supresión o modificación de ciertas palabras u oraciones o se han cambiado algunos nombres propios. Ahora queremos publicar el texto que apareció en El Fénix, que fue el único que revisó el autor y es el más fidedigno”.

    El trabajo del también catedrático rescata el original publicado y respeta su orden estructural, coteja y revisa esta versión con las ediciones posteriores y realiza una investigación amplia del contexto histórico-literario en que fue escrita y circuló, con el fin de darle “el justo lugar que esta obra merece en nuestras letras”.

    De estructura narrativa “perfecta, armónica y equilibrada”, La hija del judío empezó a escribirse en el contexto de la llamada “guerra de castas”; es decir, la lucha que se libraba entre blancos e indios en Yucatán. Está dividida en cinco partes, seguidas de un epílogo; cada parte consta de 16 capítulos que retratan la situación colonial de Mérida, entremezclada con el conflicto de castas.

    Sol destaca que esta pieza antecede a las grandes novelas históricas mexicanas del siglo XIX, como Monja, casada virgen y mártir (1868) y Martín Garatuza de Vicente Riva Palacio y Clemencia (1869) de Ignacio Manuel Altamirano.

    “No se le ha hecho justicia todavía a Sierra O´Reilly, se debe revalorar la totalidad de su obra”, concluye.
    La primera edición crítica de La hija del judío, del escritor y ensayista yucateco Justo Sierra O´Reilly (1814-1861), considerada “una de las obras maestras del suspenso escrita en lengua española en el siglo XIX”, acaba de ser publicada por la Universidad Veracruzana, tras cuatro años de trabajo del investigador Manuel Sol.

    Calificada como la primera novela histórica mexicana, y la primera novela en la historia de la ficción del país, la presente edición de La hija del judío está hecha a partir del codex optimus; es decir, basada en la primera versión publicada como folletín de entregas en el periódico El Fénix de Campeche, del 1 de noviembre de 1848 al 5 de abril de 1849.

    “La finalidad de la crítica textual consiste en fijar un texto lo más próximo posible a la última voluntad artística del autor; pues al paso del tiempo los escritos sufren algunas correcciones o modificaciones por parte de sus editores, las que no se encuentran en el original”, afirma Sol.

    En entrevista vía telefónica desde Xalapa, el experto en novela y poesía del siglo XIX explica que, como libro, La hija del judío apareció por primera vez en Mérida, en 1874, un cuarto de siglo después de la última entrega del folletín. “A nivel nacional fue hasta 1908, cuando, a instancias del hijo del autor, don Justo Sierra Méndez, se editó en dos volúmenes en la Biblioteca de Autores Mexicanos, de Victoriano Agüeros”.

    Con el paso del tiempo se han realizado numerosas ediciones de la novela del padre del fundador de la Universidad Nacional, la más reciente fue la de Planeta en 2004. “Ha sufrido contaminaciones, supresión o modificación de ciertas palabras u oraciones o se han cambiado algunos nombres propios. Ahora queremos publicar el texto que apareció en El Fénix, que fue el único que revisó el autor y es el más fidedigno”.

    El trabajo del también catedrático rescata el original publicado y respeta su orden estructural, coteja y revisa esta versión con las ediciones posteriores y realiza una investigación amplia del contexto histórico-literario en que fue escrita y circuló, con el fin de darle “el justo lugar que esta obra merece en nuestras letras”.

    De estructura narrativa “perfecta, armónica y equilibrada”, La hija del judío empezó a escribirse en el contexto de la llamada “guerra de castas”; es decir, la lucha que se libraba entre blancos e indios en Yucatán. Está dividida en cinco partes, seguidas de un epílogo; cada parte consta de 16 capítulos que retratan la situación colonial de Mérida, entremezclada con el conflicto de castas.

    Bueno, ésta es la nota. Ojalá el autor de este blog, muy respetable, por supuesto, tenga la grandeza de espíritu y la ética de reconocer que se precipitó en juzgar al dr. Sol.

    Claudia Posadas

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  4. Estimada Claudia Posadas:
    Gracias por las aclaraciones y por enviarme el boletín original y la entrevista al Dr. Sol.
    Aclaro que en ninguna línea de mi texto denuesto el trabajo del investigador. En dicho texto queda claro que mi fuente informativa fue una nota del periódico "La jornada". Por eso se dice "La nota da a entender. . ." Tampoco he emitido ningún juicio sobre el trabajo del Dr. Sol.
    Espero leer en breve la edición de "La hija del judío" de la UV y subrayar los méritos de la misma. Le ofrezco a usted y al Dr. Sol una sincera disculpa si mi comentario pareció una denostación. Nuevamente le agradezco su crítica y aclaraciones.

    Inocencio Reyes Ruiz

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